Tomás Brunini no solo preside el Centro Ítalo Venezolano de Guayana, también encarna el espíritu de una comunidad que ha crecido junto al club durante más de medio siglo. Hijo de un socio fundador, Brunini representa una generación que no ha dejado de vivir, soñar y construir dentro de los espacios de esta institución que recientemente celebró sus 51 años como el principal sitio de esparcimiento de Ciudad Guayana.
«Mi padre fue socio fundador. Mis hijos han crecido en el club. Hemos sido parte de su historia», recuerda con orgullo. Esa historia lo impulsó, junto con otros miembros de la plancha 3, a asumir el reto de revitalizar una institución que, en su momento, enfrentaba dificultades estructurales y de gestión.
Desde la presidencia, Brunini ha liderado una gestión enfocada en recuperar el sentido de pertenencia de los socios. «Volver a darle vida al club fue lo más importante. Era un desafío atraer nuevamente a los socios, motivarlos, y lo logramos».
Bajo su liderazgo, se han realizado mejoras significativas: mantenimiento integral de las piscinas, recuperación de la cancha de golf —hoy considerada una de las mejores del país—, trabajos en las canchas de tenis y la certificación de la piscina olímpica. Próximamente, también contarán con canchas de pádel.
Para Brunini, el Centro Ítalo es más que una institución social. Es un puente cultural entre Italia y Venezuela. «Damos clases de italiano, organizamos eventos gastronómicos, albergamos al Com.It.Es, y mantenemos alianzas con CAVENIT y el viceconsulado. Todo eso fortalece el Sistema Italia en la región».
Su gestión también ha traído innovación. Los primeros Juegos Deportivos Internos superaron las expectativas: más de 400 atletas en 21 disciplinas, en un mes de sana competencia y camaradería.
Brunini visualiza el futuro con optimismo: «Quiero que los jóvenes sigan comprando acciones, que vengan con sus hijos, que el club siga siendo la primera opción de esparcimiento en esta ciudad tan bonita donde vivimos».
Su mensaje a la comunidad italiana de Guayana es claro: «El club es un legado, una casa común. Debemos cuidarlo, disfrutarlo y mantenerlo como el espacio donde nuestras raíces y nuestro futuro se encuentran».