spot_img

El Eslabón Necesario: Impacto del Sistema Educativo Venezolano en la Educación Financiera

Por : Imber Barrera

En un mundo cada vez más complejo y globalizado, la educación financiera emerge como
una habilidad fundamental para la autonomía, así como para el bienestar individual y
colectivo. Sin embargo, a pesar de su creciente importancia, la integración efectiva de la
educación financiera en los sistemas educativos tradicionales sigue siendo un desafío
significativo.

Históricamente, los sistemas educativos se han centrado en la transmisión de
conocimientos académicos tradicionales, como matemáticas, ciencias, humanidades, la
lengua castellana o inglés y la historia, entre otras asignaturas.

Si bien es cierto estas ciencias sientan bases importantes para el pensamiento crítico y la
resolución de problemas, a menudo el sistema educativo en nuestro país y casi la
totalidad de los sistemas educativos del continente, dejan de lado las habilidades
prácticas esenciales para adentrase en el mundo financiero. Conceptos como el
presupuesto, el ahorro, la inversión, el crédito y la gestión de deudas, que resultan ser
cruciales para la toma de decisiones informadas a lo largo de la vida, suelen relegarse a
la esfera del aprendizaje autodidacta o, en el mejor de los casos, se abordan de manera
superficial, o quizá para quienes hacen una carrera a nivel académico en las diferentes
universidades en el área financiera.

Esta omisión tiene consecuencias severamente significativas. Individuos que egresan del
sistema educativo de bachillerato, muchas veces, sin una comprensión sólida de los
principios financieros básicos, son más vulnerables al momento de tomar decisiones
económicas que por ello, pueden ser perjudiciales, y con ello la consecuencia de
acumular deudas innecesarias, caer en esquemas fraudulentos y en última instancia,
experimentar estrés financiero. La falta de educación financiera suficiente, no solo afecta
al individuo, también afecta a nivel macro, puesto que genera mayores desigualdades
económicas a nivel social.

No obstante, es de notar que, el sistema educativo posee un relevante potencial para
transformar esta situación. Al integrar la educación financiera de manera transversal y
progresiva a lo largo de los diferentes niveles de enseñanza, se podría equipar a los
niños, adolescentes y jóvenes con las herramientas necesarias para construir un futuro
financiero sólido. Esto no implica necesariamente la creación de una asignatura
independiente, sino más bien la incorporación de conceptos financieros relevantes en las
materias existentes.

Por ejemplo, las clases de matemáticas pueden abordar el interés
compuesto y el cálculo de préstamos, que permitan la compresión del fenómeno
inflacionario y el valor variable del poder de compra del dinero, mientras que las ciencias
sociales pueden explorar el funcionamiento de los mercados y las políticas económicas.

En Venezuela, hubo un acercamiento cuando en currículos de educación media
anteriores, se impartía en 5to año la asignatura de Geografía Económica de Venezuela, o
desde el área de educación para el trabajo se impartía Contabilidad o administración
financiera. Actualmente no existen estas áreas académicas dentro de las escuelas y

liceos. Hay espacio para la iniciativa que plantee una integración de la educación
financiera como parte del proceso académico o pedagógico dentro de las áreas que
actualmente existen dentro del currículo de educación nacional.
Para lograr lo anterior es necesario reforzar conceptualmente a los docentes en el área de
la educación financiera y en razón de ello, sería indispensable incorporar un plan de
formación que integre el sistema universitario y los entes reguladores del sistema
educativo nacional en cuanto al desarrollo de materiales didácticos relevantes y
contextualizados, y la implementación de metodologías pedagógicas para impartir el
conocimiento financiero.

El aprendizaje basado en proyectos, los estudios de caso y las
simulaciones financieras, son estrategias que parecen acertadas, poseedoras de esa
capacidad de propiciar el aprendizaje y pueden hacer que los conceptos abstractos, sean
más accesibles y atractivos para los estudiantes.

El impacto de un sistema educativo que priorice la educación financiera sería bastante
integral y se vería reflejado desde varios puntos de vista. Se fomentaría una cultura de
ahorro e inversión desde temprana edad, se promovería la toma de decisiones financieras
informadas y responsables, se reduciría la vulnerabilidad al endeudamiento excesivo, todo
ello conllevando al aumento de la capacidad de los individuos para alcanzar sus metas
financieras a largo plazo, como la compra de una vivienda, la educación de los hijos o la
jubilación. La educación no es meramente una repetidora de conocimientos. Parece
necesario promover en ese sentido, el cambio de la concepción que, hasta ahora, la
sociedad venezolana mantiene sobre el verdadero fin de la educación.

El proceso educativo a nivel social existe para preparar los estudiantes para la vida, convirtiéndolosen individuos críticos, observadores activos del mundo que los rodea, capaces de apropiarse de su realidad y transformarla ¿Cómo sería una sociedad financieramente responsable? ¿Cómo podría aumentar la calidad de vida de quienes planifiquen eficientemente su economía?

No cabe duda que la educación y lo que pueda aportar como sistema, en cuanto al tema financiero tiene mucho que hacer, y generar en pro del desarrollo, es decir, tiene un papel protagónico e ineludible. En última instancia, una población financieramente educada es una población más resiliente, productiva y capaz de contribuir al desarrollo económico y social de la nación. El sistema educativo, en Venezuela, tiene una oportunidad y a la vez un reto crucial en la promoción de la educación financiera. Ello plantea desafíos en la implementación de cambios significativos, a nivel curricular, académico, social e inclusive administrativo. No obstante, los beneficios potenciales de formar ciudadanos financieramente competentes, son innegables.

Resulta entonces lógico suponer que, al reconocer a la educación financiera como una
necesidad fundamental en el siglo XXI y al integrarla de manera efectiva en los currículos
escolares, se puede comenzar a construir un futuro a partir de puente que nos permita
abordar una concepción de desarrollo para el país, donde se propicie el valor de la
estabilidad y la prosperidad financiera, desde el conocimiento. Y que las herramientas de
la educación financiera, sean accesible a todos los sectores del colectivo humano que
suman su aporte a la construcción de una sociedad más próspera.

Ponte en contacto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Articulos relacionados

spot_img

Contáctanos

0SeguidoresSeguir
0SuscriptoresSuscribirte

Latest Posts